martes, 13 de octubre de 2015

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QUE NAZARET SEA SIEMPRE, EL SELLO DE  NUESTRA IDENTIDAD...
La identidad revela lo que somos, significa tener fisonomía propia, dar testimonio radical y eficaz y dejar al descubierto el ser esencial... Significa transparentar en la vida los valores, las actitudes, los gestos, las palabras que evidencian aquello que nos configura.
La identidad es fidelidad que se personaliza y se pone de manifiesto a través de un profundo sentido de adhesión y pertenencia. La identidad se define por lo que se es y a su vez, se expresa a través de lo que se hace.
La vida consagrada y el carácter evangélico de su testimonio muestran con toda evidencia... la naturaleza íntima de la vida cristiana” 
                                                             (Cf V.C. 3
Nuestra identidad se expresa en nuestro nombre:
Misioneras, Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret.
                                                        
 (Const. 5)



Misioneras porque nuestra consagración nos sitúa en el corazón de la Iglesia, cuya misión es continuar y hacer presente en cada lugar y momento de la historia la misión de salvar al mundo que Cristo recibió del Padre...
Hijas de la Sagrada Familia, por el espíritu de filiación con el que nos acercamos a la Sagrada Familia “Porque hemos sido llamadas a copiar en nosotras con mayor perfección las virtudes, de las que nos dieron admirable ejemplo nuestros amados Padres Jesús, María y José” (M.D, I. 21º).
de Nazaret: Significa y resume nuestro  Carisma, nuestro estilo peculiar de santificación y apostolado. Define nuestra identidad, unidad y continuidad, consagración, comunión, misión.


Nuestra vida religiosa integrada es un “todo” que se comparte... Y los tres dinamismos: pensar, sentir y actuar, interactúan armoniosamente. 

Todo lleva el peso de los valores esenciales que constituyen una personalidad creadora, centrada en dos actitudes que sirven de plataforma a la experiencia fundante: SEGUIR Y ANUNCIAR a Jesucristo en su Misterio de Nazaret. Seguir, significa ir hacia... ir con... Lleva impícita la interioridad y el crecimiento. Anunciar, es la apertura que se deriva de la donación, es el don de salir de si mismas y sentir el gozo de llevar a Dios dentro para darlo a los demás, en misión compartida.




Ser Misioneras Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret nos compromete, en nombre de la Iglesia y en comunión con ella, a trabajar en cualquier parte dle mundo en su misión evangelizadora continuando la obra del Padre Manyanet dirigida a hacer presente el Misterio de Nazaret en la sociedad y a la formación de familias cristianas en especial a través de la enseñanza. Atenderemos con particular interés a los más necesitados.

(Const. 65)

jueves, 8 de octubre de 2015

FORTALECER HÁBITOS Y VALORES A TRAVÉS DE LA PEDAGOGÍA MANYANETIANA QUE CONTRIBUYAN A LA SANA CONVIVENCIA, CON COMPROMISO DE VIDA, EN TODA LA COMUNIDAD EDUCATIVA DEL COLEGIO NAZARET”.

www.nazaret.org

                    Nuestros Fundadores

                                                     Madre Cecilia Cros"



La madre Cecilia Cros Gurnés, nació el 16 de febrero de 1902 en San Lorenzo de la Muga, un pueblo Catalán enclavado en las faldas del pirineo (Noreste de España).
Asistía al Colegio que las hermanas de Nazaret tenían en San Lorenzo siempre atenta a cualquier enseñanza que recibía de sus maestros observándolos y tratando de imitarlas.  En 1.909 cuando San Pio X concedió permiso a los niños para acercarse a comulgar, experimentó su primer contacto con Jesús y esa misma tarde se acercó sin timidez a la Madre Superiora y le expresó su deseo de ser religiosa a lo que la superiora le respondió de que no hablara más del asunto hasta que fuera mayor.
Así la pequeña siguió siendo la misma de siempre y guardaba su secreto hasta que el 17 de enero de 1.927 entró a la Congregación de Nazaret haciéndose novicia y desarrolló sus cualidades naturales que le iba a exigir  su nueva vida religiosa. El 18 de julio de 1.927 recibe el hábito y su congregación oficial y definitiva a Jesucristo fuel el 5 de septiembre de 1.933.
Trabajo incasablemente en la educación de las niñas, nunca dejaba perder oportunidades para dar palabras alentadoras, era dura en sus exigencias pero nunca dejaba ir a una niña a su casa si no tenia acercamiento a ella. Ella creaba un ambiente de confianza, alegría y colaboración que se basaba en el amor.  Luego de haberse convertido en superiora General, se dedicó por completó a la educación de las niñas.
El 17 de agosto de 1.955 fue reelegida Superiora General reemprendiendo su expansión misionera iniciada en 1.952. En 6 años fundó 26 casas, de ellas 16 en Venezuela: 13 colegios, 2 residencias  universitarias y un noviciado sin haber tocado un céntimo de los presupuestos del Estado.  En pocos años trajo 89 religiosas de España  que impulsaron con cariño dichas obras. La mentalidad futurista de la Madre Cecilia Cross y fe en las personas que la rodeaban  hizo que toda su labor fuera posible.
La Madre Cecilia Cross murió el 9 de marzo de 1.959 en un lamentable accidente, donde un camión con luces muy potentes, deslumbró al chofer del auto donde ella viajaba con 2 religiosas , donde causó que se estrellarán   en el Puente de Sabana de Tarana  donde el carro se estrelló al vació. la Madre se salió del auto y calló en la arena donde dos hombre pasaron en un camión y se percataron del accidente y la vieron donde en pocos minutos ella falleció. Ella muere en  pleno acto apostólico cuando llevaba consigo una pesada piedra del altar que se encuentra actualmente en el Colegio San Francisco Javier.


José Manyanet y Vives



Una de las grandes figuras en la historia de la educación católica es el padre Jose Manyanet y Vives, quien nació en Tremp (España), el día 07 de enero de 1833. Desde su infancia demostró una piedad singular. Fue ordenado sacerdote el día 09 de abril de 1859. Trabajó incansablemente en la restauración del espíritu cristiano en las familias y en la educación de la niñez y de la juventud, porque intuye en ésta un medio eficaz para restaurar la sociedad. Su gran preocupación fue la crisis de la institución familiar, por ello hacía una referencia constante a la Sagrada Familia. Decía que las familias deben mirarse en el espejo de Nazaret y proclamaba su lema "UN NAZARET EN CADA HOGAR"
Fue fundador de dos Congregaciones Religiosas: En 1864, los Hijos de la Sagrada Familia y en 1874, las Misioneras Hijas de la sagrada Familia de Nazaret y de muchas escuelas religiosas. El Padre Manyanet quería que los niños se sintieran en sus colegios como en su propia casa, y que entre maestros y alumnos reinara siempre un clima de confianza, respeto y amor.
Los niños son los preferidos de Dios Padre. Un niño es una puerta abierta a la esperanza, un terreno sin sembrar, una hoja en blanco, para escribir en ella la Palabra de Dios, para grabar en ella cómo se debe vivir. Así pensaba el Padre Manyanet. Creía en la educación como uno de los medios principales para sanear las familias. Y comenzó a fundar colegios. Al principio, cuatro paredes y unas ganas infinitas de hacer bien las cosas. Quería que a través de los niños, el mundo fuese un manojo de miradas confluyendo en una sola cara, la cara de la paz, la cara de la inocencia, la cara de Jesús de Nazaret hecho carne nuevamente en cada casa cristiana.
Desde entonces, los colegios del buen Padre Manyanet pretenden hacer lo mismo, continuar la tarea, para que las ideas buenas se nos hagan realidades, y no se nos pierda lo bello con tantas palabras muertas como suenan por el mundo.
La iglesia reconoce públicamente su santidad el 25 de noviembre de 1984, desde entonces es beatificado y el día 16 de mayo del 2004 ha sido canonizado por su Santidad Juan Pablo Segundo, debido a sus múltiples milagros.